17 de noviembre de 2010

Extra de calabaza, cap.1: Un nuevo mundo.

CAPITULO 1
UN NUEVO MUNDO


Alice Scott Pierce, diecisiete años, nací el siete de abril, es decir, hoy es mi cumpleaños, y por la noche ya cumpliré los dieciocho. Pero mientras aquí estoy, en esta “cárcel” aburrida, como desde que tengo uso de razón, solo que antes era divertido, solo jugábamos…

-¡Alice! ¡Primita!

Mi prima, Marina, venia corriendo hacia mi, parecía que iba a 200 kilómetros hora, como si estuviese huyendo de alguien. Marina tiene dos años mas que yo, aun así solo va un curso mas adelantada que yo, repitió primero.

-¿Que pasa? ¿Ya esta otra vez persiguiéndote Alex?

Alex es un chico de su clase, loco e hipnotizado por la belleza de mi prima, cosa que parece que yo no herede de la familia.

-¡No! No le nombres, que ese sale de la oscuridad. ¿Y ahora que pasa? ¿Ya no puedo venir a saludar a mi primita o que?
-Nunca lo habías hecho antes, así que no.
-Vale, vale, ya voy al grano…

Rodeó mi mesa, al final del aula, donde siempre me siento, desde que empecé secundaria, y me abrazó por detrás, plantándome un dulce beso en la mejilla.

-Venga va, dime ya lo que quieres o lárgate a tu clase.
Ella se rió.
-Como me conoces primita, solo quería que me prestaras el libro que estáis leyendo en clase de literatura.

Compartimos la misma profesora de literatura, y nuestra profesora tenia una extraña afición por los libros del mismo autor, así que nos ponía en todos los cursos el mismo libro.

-¿Ya te lo has dejado en casa?
-Si bueno… ¿Me lo prestas?
-Vale, pero déjame ya.
-Gracias prima.

Mi prima me dio otro beso y un abrazo, yo pase de ella cogiendo el libro de mi mochila.

-Pero recuerda devolvérmelo luego, que a tercera hora yo también lo necesito.
-Si, si, ¡hasta luego!

Marina cogió el libro de mis manos y se fue corriendo. Al salir por la puerta, ví corriendo detrás de ella a Alex. Parece una lapa, siempre detrás de ella, ya me parecía raro que no hubiese entrado en clase con ella.

El resto del día paso lentamente, para mejorarlo (o empeorarlo…) Marina no se acordó de devolverme el libro, así que la profesora me echo la bronca y me quede castigada, hoy, que es mi cumpleaños, bonito cumpleaños, en vez de tantos problemas, ¿Por qué no aparece alguien diciéndome “Feliz cumpleaños Alice”? ¿Eso es pedir tanto?

Sonó el timbre que señalaba el final de las clases, y hoy, el principio de mi castigo. Me dirigía a la biblioteca por las escaleras que subían al tercer piso del instituto, cuando me encontré con Ann, mi mejor amiga. Desgraciadamente íbamos a clases diferentes, aunque en el mismo curso, si es que nunca me saldrá nada bien, ¿verdad?

-¡Alice! ¡Feliz cumpleaños!

Ann no se dio cuenta de que estaba gritando desde el piso de arriba, y todas las personas que habían en la escalera se quedaron mirándonos.

-Ann, por favor, no chilles.
-¡Oye, encima que te felicito en tu día!
-Ah, ¿que es tu cumpleaños?

Ví como se le ponían los ojos como platos a Ann, y me espere lo peor, bueno, creo que hoy no podía pasar nada peor ya así que me gire y mire quien había dicho eso ultimo. -¡Dios mío! Lo llego a saber y hoy me peinaba mejor!- Eso fue lo único que se me paso por la cabeza al ver acercándose hacia mi a Neel.

-Eeeeh… S-s-si.

Me que de piedra, como una boba, me entro la risa tonta, se notaba que estaba nerviosa.

-Felicidades pues.

Me sonrió, la sonrisa mas bonita que he visto jamás. Note como estaba apunto de desmayarse, pero en ese momento note la mano de mi amiga cociéndome del brazo.

-¿Te encuentras bien?.- Me pregunto Ann.
-Si, si… Yo me he de ir… esto… estoy castigada con la profesora de literatura…
-¡¿La Víbora?!.- Dijo, sorprendido, Neel.
-Si…

Ann se echo a reír, pensé que se iba a partir en dos si seguía riéndose de tal manera.

-La víbora dice, que bueno.- Medio minuto después consiguió tranquilizarse, note como Neel le miraba como su fuese loca.- Vaya, que lastima, pues te iba a decir de ir al karaoke, como es tu cumpleaños…

-Ann, gracias, pero lo sient…
-Podemos ir después del castigo.- Me corto Neel mientras estaba disculpándome con Ann.
-¿Podemos?.- Dije yo, sin saber a que se refería exactamente.
-Si, Ann, tu y yo.- Recé para que Neel no se diese cuanta de lo roja que me llegue a poner, pero al parecer Ann si que se dio cuenta.- Yo también estoy castigado, así que tendremos que quedar para mas tarde.
-Yo, pero, es que…
-¡Genial!-Ann, otra que no me dejaba acabar las frases.- Entonces quedamos a las siete delante del karaoke.
-De acuerdo, hasta luego.
Vi alejarse a mi mejor amiga, quedándonos solos en medio del solitario pasillo, todos los alumnos ya estaban en casa o en sus clubs correspondientes.
- Yo.. Pero…
-Va venga, no te preocupes, es tu cumpleaños, tendremos que pasárnoslo bien, ¿No es así? Vamos que nos estará esperando la víbora. ¡A no ser que quieras que se enfade mas con nosotros y nos quedamos sin karaoke!
-¡Nunca! Quiero decir… Si, vamos.

Neel me mostró otra de sus bellas sonrisas y me alargo su mano, indicándome que le cogiese. Yo hice lo que me pedía. -Que suave…- Me hubiese gustado no soltarle nunca de la mano, estar así por siempre, junto a el. Su voz me despertó de mi sueño.

-¿Me escuchas? ¿Sigues viva?
-Si, si, lo siento…
- Te preguntaba que que canción te gustaría cantar hoy en el karaoke.

Estuvimos hablando de música hasta llegar a la biblioteca, cogidos de la mano. Al abrir la puerta la profesora, alias víbora como le llamaba Neel, nos castigo diez minutos mas, pero no me importo, estaba con Neel.



Estuvimos casi dos horas organizando los libros en la biblioteca, ordenándolos por tema, luego alfabéticamente y después también, yo creo que mas bien solo para molestarnos, por tamaños. Al fin salimos de esa cárcel y Neel se ofreció a acompañarme hasta casa. Ya podéis imaginaros que fue un día genial, genial hasta que cruce la puerta de casa.

Al entrar me encontré con todos los “guais” del instituto. Y, como no, la mas popular, que era mi prima Marina. Habían montado una gran fiesta, llena de música, globos, confeti y bebidas, solo para mi prima. Ya me podía haber imaginado algo así sabiendo que nuestros cumpleaños eran el mismo día, y además, estaba Alex en la puerta, mirando por la ventana intentando ver a Marina. Aunque eso no era nada inusual.

-¡Mirad quien ha llegado! ¡Si es mi primita preferida!- Dijo mi prima al verme cruzar por la puerta.- Feliz cumpleaños.
-Gracias, feliz cumpleaños a ti también Marina.

Marina desde siempre había sido la popular, yo solo soy la vulgar, la prima de la famosa, nada mas. Nadie se fijaba en mi, así que nadie mas me felicito.

-¿Dónde estabas que no estas en la fiesta de tu prima?
-No me invitaste…
-¿Ah no?
-No… aun así, ya tengo planes, gracias, y estaba castigada, porque alguien, no se quien, no me devolvió un libro a tiempo.

No me pareció que se diese por aludida.

-Oh vaya, que mala suerte, la próxima vez avísame y te ayudo a hacer que esa persona te devuelva el libro.

Ella sola confirmo mi sospecha.

-Si… gracias…

Me dirigía a mi habitación a dejar mis cosas cuando mi prima me volvió a llamar.

-Por cierto Alice, el libro de antes, esta en mi habitación, dentro de mi mochila, lo puedes coger si quieres.

Subí las escaleras y llegue al segundo piso, un pasillo que parecía no tener fin se descubrió delante de mi. Camine por el hasta llegar a la habitación de Marina. Todas las paredes eran de color rosa, y los armarios, las estanterías, incluso el marco de las ventanas, todo, era rosa. Menos las cortinas, que eran blancas. No se como le gustaba tanto el rosa, yo lo odio.

Me acerque a su mochila, rosa, que estaba encima de su cama de matrimonio, rosa también. Casi estaba tan camuflada con tanto rosa. Rescate mi libro de su horrenda mochila y me fui a mi habitación. Si, ¿te lo imaginas, no? Al final del pasillo.

Al llegar entre en ella, deje mis cosas sobre el escritorio y cogi ropa limpia y una toalla. Me quite el uniforme del instituto, me envolví con la toalla y me fui a duchar. Después de una hora duchándome e intentando hacer algo con mi pelo y de desordenar la habitación poniendo miles de conjuntos intentando decidir cual ponerme, me di cuenta de que aun me quedaba otra hora para ir al karaoke. Estaba cerca, así que decidí tumbarme un rato. Me tire en mi cama, que, a diferencia de mi prima, aparte del color, en mi cama solo cabía una persona y da gracias.

Me acomode y, en cuanto cerré los ojos, me encontré en un descampado lleno de césped verde. Todo era verde, no habían árboles ni flores, solo el césped, y yo me encontraba en medio de todo aquello, sin mas. Mire a todos los lados, pero no encontré nada mas. decidí avanzar un poco mas, en busca de algo aparte de césped. Al final me encontré lo que parecía ser una casita de montaña, de estas de madera con porche, era de dos pisos. Una escalerita de madera llevaba al porche, donde habían dos bancos, también de madera. En la parte delantera habían dos ventanas, y la puerta en le medio, entre ellas. En el piso de arriba se podía ver un pequeño balcón. Me gusto la casa.

De pronto, escuche ruido en el interior de la casa, me asuste y me aleje de ella. Me tropecé con una piedra que sobresalía del césped y caí al suelo. En ese momento escuche una musiquita, parecía venir de lejos… Tarde en darme cuenta de que era mi móvil. Me incorpore sobresaltada y conteste.

-¿Quién?.- Pregunte asustada.
-¡Alice!¿Pero donde estas?

Me alivie al escuchar la voz de mi amiga Ann. Mire el reloj que llevaba en mi muñeca. Era negro y rojo y en la esfera se podía ver la carita de un gato. Me lo regalo Ann por mi anterior cumpleaños.

-¡Ann! ¡Pero que susto me has dado! Lo siento, ahora voy hacia allí.
-¡No me digas que si quiera has salido de casa!
-No te lo diré… enseguida voy.
-Rápido, que ya ha llegado Neel, solo faltas tu.

Neel… es verdad… hoy vamos los tres al karaoke. Colgué el teléfono y me levante de la cama. Me di cuenta de que volvía a estar en mi habitación. Mire a mi alrededor y parecía que todo estaba normal -¿Un sueño?- . Se escuchaba la música y los gritos de los invitados de mi prima en el comedor. Yo me di los últimos toques y baje corriendo las escaleras.

-¡Ey Alice! ¿A dónde vas con esas prisas? Alice, tienes el pantalones lleno de césped. ¿Dónde has estado?

Era Marina, no le conteste, si quiera le escuche, tenia cosas mas importantes que hacer. Cerré la puerta de un portazo y me fui medio andando medio corriendo al karaoke.

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