17 de noviembre de 2010

Extra de calabaza, cap.2: Ness y el extra de calabaza

Capitulo 2
Ness y el extra de calabaza


Capitulo 2.- Ness y el Extra de calabazas.

Al llegar al karaoke me encontré con una Ann cabreada en la puerta, no vi a Neel. Ann empezó a echarme un sermón, pero no la escuchaba, solo buscaba a Neel.

- ¡Y es que siempre llegas tarde! Yo no se co…
-¿Y Neel?
-Oye, no me cortes cuando te estoy hablando, que soy mayor que tu.
-¿Dónde esta Neel?- Insistí.

En ese momento le vi corriendo por la calle hacia nosotras, él tampoco había llegado aun, Ann me había mentido.

-Me mentiste… - Le dije al darme cuenta.
-Es que si no, no te darías prisa…
-¡Hola chicas! Siento haberos hecho esperar.
-No importa Neel, yo acabo de llegar. ¿Entramos?

El propietario del karaoke nos llevo por un largo pasillo, lleno de puertas a ambos lados. Cada puerta tenia un cristal redondo donde se podía ver a la gente que había dentro de cada sala cantando con sus amigos.

-Sala 10, esta está libre, podéis cantar las canciones que queráis, ahí tenéis la lista de canciones y la carta de bebidas, supongo que sabéis como va.- Nos dijo el propietario, y se fue sin decir nada mas.

Nosotros tres nos quedamos mirando como se marchaba el hombre por el pasillo, hacia la entrada.

-¿Y si no sabes como va?.- Dije, indignada.
-Pues te las apañas, vamos va.
-Yo si que se como va.-Dijo Neel.- No es la primera vez que vengo.
-¡Genial! ¡Entonces a divertidnos se ha dicho!

El karaoke cerraba a las 5 de la madrugada, así que estuvimos cantando hasta bien entrada la noche, bebiendo cubata tras cubata, la noche es joven, y yo ya tenia mis dieciocho años. Y sabia lo que me esperaba en casa mas me valía disfrutar ahora.

Después de seis horas seguidas cantando como locos y bebiendo, decidimos que ya era hora de marcharnos, yo ya empezaba a ver doble, así que decidieron acompañarme a casa los dos.

-No te preocupes Ann, ya la acompaño yo.
-¿De verdad? No quiero que te sea una molestia, yo debería de estar en casa ya pero no pasara nada si os acompaño un trozo, además, tu no sabes donde vive…
-Si que lo se, le acompañe por la tarde a su casa, no te preocupes Ann, estaremos bien.

Neel me cogió como pudo, supongo que pesaría demasiado para el, yo no me aguantaba en pie casi.

-Una buena has cogido… Nota mental: No dejarte beber tanto la próxima vez que salgamos.

Ann se rió y le ayudo a pasar mi brazo por los hombros de Neel.

-Mea culpa - Dijo Ann.- Debería haberte avisado creo, no es la primera vez.
-No pasa nada, ya nos veremos Ann, gracias por la ayuda, y me lo he pasado muy bien hoy, deberíamos quedar otro día.
-Si, nos vemos el lunes en el colegio.

Llegue a ver como se iba Ann hacia la parada del autobús, ella era la que vivía mas lejos del karaoke de los tres, así que aun tenia un rato para llegar a casa. Yo agradecí a todos los dioses del planeta de vivir cerca, no quería ser una molestia para Neel y ahora lo estaba siendo.

-Neel, lo siento… - logre decir, con mucho esfuerzo, aguantando las arcadas que tenia.
-No pasa nada Alice, tendríamos que haberte controlado mas.

Otra vez, su sonrisa… Verle así hizo que me olvidase por mi increíble dolor de cabeza momentáneamente.

-Oye Neel, no me dijiste que tenias un hermano gemelo.
-Si, el es Leen. Leen, te presento a Alice. - Dijo riéndose.
-Encantada Leen.

Después de eso no recuerdo nada, me parece que me dormí o me desmaye, o bueno, algo me paso. Al volver a abrir los ojos me encontré en la puerta de mi casa. Neel me pidió que sacara las llaves. Me costo trabajo encontrarlas en mi bolso, pero cuando las encontré se las di a él y abrió la puerta.

-Bueno, ya estas en casa. Dios mío, ¿Qué ha pasado aquí? .- Dijo al ver como había quedado todo después de la fiesta de cumpleaños de mi prima.- Espero que no tengas que limpiarlo tu… - sin saberlo, Neel dio justo en la diana.- ¿Dónde esta tu habitación?
-Arriba, al fondo del pasillo…

Neel me llevo hasta mi habitación y me dejo tumbada en mi cama, me dio un beso en la frente de despedida y vi como se alejaba de mi. Le llame.

-Neel, no, no te vayas, por favor. - Vi como se giro al escucharme y se quedo parado frente la puerta.- Quiero estar contigo, no te vayas, por favor…
-Esta bien.- Dijo acercándose de nuevo, se arrodillo al lado de mi cama y apoyo los hombres en ella.- Me quedare hasta que te duermas, pero luego me iré.
-Gracias Neel…-En ese momento, en el que no podía controlar mi cuerpo, me gire como pude hacia el y le abrasé.- Te quiero.

Y le bese, son darme ni cuenta me deje llevar por mi cuerpo, solo fue un diminuto beso de un segundo, pero a mi me pareció demasiado. Después de eso, me quede dormida. Neel no dijo nada, solo sonreía, me arropo con las sabanas de la cama y se alejo.

-Yo también Alice… Yo también te quiero.



Al día siguiente no recordaba nada, en la cabeza aun sentía como si una banda de música heavy estuviera haciendo su mejor concierto a todo volumen. Me encontré en mi cama, aun con la ropa. Solo logre recordar que fuimos los tres al karaoke y estuvimos cantando y bebiendo y después… después…

-¡Oh no! .- Me levante sobresaltada al recordar lo que paso.- Neel me acompaño a casa porque me emborraché, dios mío que vergüenza…

Mire el reloj despertador de mi mesita, marcaba las diez, de la mañana supongo, se veían rayos de sol por la persiana bajada.

-¡Oh no, que tarde es! Tengo que ir a clase y yo aquí en la cama, me volverán a castigar.

Me levante de la cama corriendo, cosa que hizo que la cabeza me doliese mas. Maldecí a todo y cogí mi uniforme, me di una ducha rápida y me vestí, baje las escaleras corriendo intentando no caerme, me dirigí a la cocina y me tome una pastilla para la resaca, estaba bebiéndome el agua cuando me percate de que estaba mi prima sentada en el sofá comiendo patatas fritas en medio de todo el desastre de su fiesta.

-¡Pero Marina! ¿Que haces aun ahí? Vamos a llegar tarde.
-¿A dónde?
-A clase…
-Pero que dices Alice, hoy es sábado.- Tenia razón mi prima, por suerte era sábado.- Si que te sienten mal las resacas a ti…

Me quede mirándola, eso quería decir que tendría que llamar a Neel para pedirle disculpas.

-¿Y tu madre Marina? ¿Qué no ha visto todo este desastre?

Su madre y la mía eran hermanas, pero desde que mis padres murieron en un accidente yo tuve que venirme a vivir con mis tíos y mi prima Marina, en su palacete.

-Si, lo ha visto, y me ha dicho que lo recojas tu.- Si, seguro, en todo caso serás tu la que tenga que recogerlo, que por algo fue tu fiesta.

Pase de ella y volví a la habitación, lo sabia, sabia que me tocaría a mi limpiar todo eso, si es que la princesa de la casa nunca puede hacer nada, no vaya a ser que se rompa en pedazos… Me tire a mi cama y decidí descansar un poco mas, pero antes tenia que llamar a Neel. Me volví a levantar y cogí mi móvil. Cuando iba a marcar me di cuenta de que no me sabia su numero.

-Oh no… lo que faltaba.

Me volví a tumbar en mi cama y escuche el sonido de un papel. Me senté sobre la cama y vi que me había tumbado sobre una hoja de papel. Lo leí:

-Querida Alice,

Ayer tuve que acompañarte hasta casa debido a la situación que estabas, espero que hayas dormido bien y ahora estés mejor, llámame cuando te despiertes, estoy preocupado por ti.

Neel

P.D.: Se me olvidaba, mi numero de teléfono es el 610369258-


Mis sospechas se confirmaron, fui a coger el móvil de nuevo y marque su numero, después del tercer tono contesto.

-¿Neel?
-Soy yo, ¿Quién es?
-Soy Alice.
-Ah, ¡Alice! Buenos días preciosa, ¿Cómo te encuentras hoy?

-Preciosa…- Note como me ponía colorada.

-Bien, gracias. Yo te llamaba para pedirte disculpas y…
-Ah, no te preocupes.- Dijo el restándole importancia.- Solo hice lo que haría un buen amigo.

Me pude imaginar su bella sonrisa que seguro puso en ese momento, me volví a poner colorada.

-Pero te fui una molestia, tener que acompañarme hasta casa… ¡Arrastrándome encima!
-Que no pasa nada mujer, oye esto…
-si, dime
-¿Qué recuerdas de lo de ayer?

No entendí porque me preguntaba eso ahora, aun así le conteste.

-Pues recuerdo que no tiremos un buen rato en el karaoke con Ann, que yo bebí demasiado y que me acompañaste hasta la puerta de mi casa.
-¿Hasta la puerta de tu casa?
-Si.
-¿No recuerdas nada mas?
-Pues no…
-Vale, estonces nos vemos el lunes en clase, hasta otra Alice.
-Neel, muchas gracias por todo, eres un gran amigo. Hasta el lunes.

Escuche como colgaba desde el otro lado del teléfono. Me volví a tumbar en mi cama, ahora ya mas tranquila. Me dormí enseguida.

¿Dormí? No lo se muy bien… Me volvía a encontrar en aquel descampado de césped verde. Esta vez si que habían árboles, pero sus ramas estaban vacías, como los árboles en invierno. De nuevo empecé a andar. Me volví a encontrar la casa de madera de ayer. Esta vez decidí entrar, la curiosidad ponía conmigo, era algo de mi naturaleza. Me acerque poco a poco la casa y subí las escaleras del porche. Mire por una de las ventanas, pude ver un comedor enorme, con muebles de madera. había un banco de madera en la pared de la izquierda, debajo de otra ventana. En el centro, sobre una alfombra, había una mesa redonda con cuatro sillas. En la pared del frente había una vitrina con figuritas hechas a mano con bambú y madera y había una preciosa vajilla, todo de madera también. Ahora entendía porque habían tan poco árboles. El comedor me encanto. No parecía haber nadie en casa, así que me auto invité a entrar. Me dirigí de nuevo a la puerta de entrada, estaba abierta.

Al entrar me encontré con un pasillo donde habían 3 puertas, dos a los lados y una al fondo. Me imagine que la puerta de la derecha era el comedor. A un lado del pasillo habían unas escaleras que subían a otro piso. Primero decidí mirar mas de cerca el comedor, así que entre por la puerta de la izquierda. Tal y como pensé, ese era el comedor, que desde dentro parecía mas grande. Pude ver que debajo de la ventana por donde estaba mirando había una mesita llena de fotos. En ella pude ver a un chico joven, no mucho mas grande que yo, unos dos años o así mas. Junto a el, en el suelo, se podía ver a un perrito, precioso. Al lado había otra foto en la que se veían al mismo muchacho mas joven, parecía tener unos diez años en esa foto y al lado el mismo perro, pero de cachorro, que monada. No tarde en darme cuenta que la mayoría de fotos que habían eran del mismo perro. Durmiendo, jugando, comiendo… Y el fondo de las imágenes parecían ser en esa casa. Todas las fotos estaban enmarcadas con marcos de madera, hechos a mano.

Salí del comedor y me dirigí a la puerta que había justo enfrente, era la cocina, estaba llena de armarios donde guardar la comida y otras cosas. también había un caño por donde caía agua. Me acerque y puse la mano bajo el chorro de agua. Estaba fría, como el agua que sale de las fuentes en los pueblos de montaña. No sabia si era potable o no, aun así, decidí en beber un poco. El agua estaba riquísima, me recordó a un día que fui con mis padres a un pueblo de montaña. Mis padres eran escaladores, siempre iban a escalar, les encantaba estar rodeados de naturaleza.

Mire por unas de las ventanas de la cocina, esa era la que daba al exterior, donde había estado hace unos momentos, después me dirigí a otra ventana, a su lado había una puerta trasera. Al mirar por la ventana me di cuenta de que había un jardín, y en medio del jardín un árbol enorme, el mas grande que había visto jamás en mi vida. Pase por la puerta hasta el jardín y me acerque corriendo al árbol. Sus hojas eran blancas y desprendían un brillo que hipnotizaba por su belleza.

-Precioso, ¿Verdad?

Escuche una voz que me hablaba a mi espalda, me había quedado tan embobada con el árbol que ni me di cuenta de que alguien había entrado en casa. Me gire y vi al chico de las fotos, ni rastro del perro. Me sorprendí tanto que tropecé con una de las arréeles del árbol que sobresalían del suelo.

-No te asustes, tranquila, no te haré nada.- me dijo, acercándose a mi y ofreciéndome su mano.- Mi nombre es Ness.
-Yo soy Alice, siento haber entrado en tu casa sin permiso, yo…- Dije, cogiéndole la mano que me ofrecía y levantándome del suelo.
-No hace falta que te disculpes, esto… Alice, ahora esta también es tu casa.

No entendí a que se refería con lo que ahora también era mi casa, pero preferí ignorarlo.

-¿Qué es ese árbol? Si puedo saberlo…
-Es un árbol que da calabazas, se llama Extra de calabaza. Dicen que es mágico.
-¿Calabazas? - Por un momento pensé que me estaba tomando el pelo, pero me fije en el árbol y vi que era cierto lo que me decía, en el árbol habían calabazas.- Pero, eso es imposible, las calabazas no salen de los árboles.
-Pues aquí si. Empieza a acostumbrarte.
-¿Y tú me podrías decir donde estoy ahora? Yo estaba en mi cama, durmiendo y…

En ese momento me di cuenta de que ya no me dolía la cabeza ni estaba mareada, se me había pasado la resaca. Ness se rió, no contesto. Entró al interior de la casa y se dirigió al comedor. Yo le seguí. Ví como se sentaba en el banco que hace unos momentos yo miraba por la ventana.

-Todos estos muebles… ¿Los has hecho tú?
-No, ya estaban hechos cuando llegue yo aquí, lo único que he hecho yo han sido esas figuritas que vez en la vitrina y los marcos de fotos.
-Entonces, ¿No has estado aquí siempre?
-No exactamente.
-¿No exactamente?

De nuevo no contesto, se volvió a levantar y se puso a mirar las fotos. Ví en su mirada tristeza y melancolía, recuerdos de una vida triste ya pasada.

-¿Ese es tu perro?
-Era. Siempre iba conmigo, éramos grandes amigos, mi único amigo de echo…
-¿Estás aquí solo?
-Ahora ya no

Se giro hacia mi y pude ver un su rostro una sonrisa triste. Fue hacia la vitrina y saco uno de los vasos de madera.

-¿Quieres algo para tomar?- me preguntó.
-No gracias, yo debería de volver…- vi como su rostro se ponía mas triste aun.- ¿Tú sabes como puedo volver a casa?

Escuche la música de mi móvil. Vi el rostro de Ness por última vez, parecía que iba a llorar, estaba muy tiste. De pronto vi el techo de mi habitación y me di cuenta de que había vuelto. Cogí mi móvil que no dejaba de sonar, vi que era Ann la que llamaba. Conteste.

-¡ALIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIICE! - Tuve que apartarme el móvil de la oreja para no quedarme sorda.- ¿Cómo te encuentras? Estaba muy preocupada por ti.
-Hola Ann, estoy bien, gracias, pero casi me quedo sorda…
-¿Sorda? ¿Por qué? Va, que mas da, escucha Alice, que ahora voy para tu casa a hacer los deberes, ¿de acuerdo? Nos vemos luego, adiós.

Y colgó, no me dio tiempo a contestarle. Yo me levante de mi cama pensando en el pobre Ness, quien seria y porque estaría ahí solo… Baje al comedor y me di cuenta de que todo estaba hecho un desastre.

-Buenos días, bella durmiente- Me dijo mi prima, que seguía sentada en el sofá, temía que hubiese echado arréeles.- ¿Aun no ha limpiado el comedor la señorita? Me temo que van a castigar a alguien…
-Si, a ti…

De pronto me sentí como si alguien me golpease la cabeza con un bate de baseball, la resaca volvía. Deseé volver a esa casita de madera y seguir hablando con Ness, pero no paso nada, seguía allí de pie.

-Va venga, o mi madre se enfadara mucho.

No me quedaba otra que limpiar…

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